#LoCurioso Además de Laika ¿qué otros animales han ido al espacio?
La exploración espacial con animales permitió entender los efectos de la microgravedad y la radiación en seres vivos, allanando el camino para las misiones tripuladas.
Desde los primeros experimentos hasta las misiones más recientes, los animales han sido pieza clave en la exploración espacial. En una época en la que la tecnología no permitía el regreso seguro de astronautas, diversas especies fueron enviadas al espacio para estudiar los efectos de la microgravedad, la radiación y otros factores en seres vivos. Cada misión ayudó a allanar el camino para las misiones tripuladas, revelando información vital sobre la viabilidad de la vida fuera de la Tierra.
Laika: el primer ser vivo en órbita
La perrita Laika se convirtió en el primer ser vivo en orbitar la Tierra el 3 de noviembre de 1957. Enviada por la Unión Soviética a bordo del Sputnik 2, Laika tenía el propósito de probar la posibilidad de enviar seres vivos al espacio y observar cómo reaccionaba su organismo ante la ingravidez. Aunque Laika no sobrevivió debido al sobrecalentamiento y el estrés, su sacrificio brindó información crucial que impulsó los avances en misiones espaciales tripuladas.
Albert II: el primer mono en el espacio
El 14 de junio de 1949, Albert II, un mono rhesus estadounidense, alcanzó una altitud de 134 kilómetros en un cohete V-2. La misión buscaba evaluar los efectos de la gravedad cero en un organismo vivo. Aunque Albert II no sobrevivió al reingreso debido a una falla en el paracaídas, su viaje permitió a los científicos estadounidenses obtener datos importantes sobre las condiciones a las que estarían expuestos futuros astronautas.
Belka y Strelka: los primeros en regresar con vida
El 19 de agosto de 1960, la Unión Soviética envió a los perros Belka y Strelka en el Sputnik 5. Su misión fue probar la posibilidad de que un organismo vivo pudiera sobrevivir a un viaje completo de despegue, órbita y regreso. A diferencia de Laika, Belka y Strelka regresaron con vida, confirmando que era posible para un ser vivo sobrevivir en el espacio y regresar sano a la Tierra, y se convirtieron en un símbolo de éxito científico.
Enos: el chimpancé pionero en órbita
Enos fue el primer chimpancé en orbitar la Tierra, lanzado por Estados Unidos el 29 de noviembre de 1961 a bordo del Mercury-Atlas 5. La misión de Enos probó que una especie cercana a los humanos podía realizar tareas complejas en condiciones de microgravedad. Aunque enfrentó problemas técnicos, el éxito de su misión fue un paso clave para las futuras misiones tripuladas del Proyecto Mercury.
Tardígrados: la resistencia en su máxima expresión
En 2007, la Agencia Espacial Europea envió a tardígrados (también conocidos como ositos de agua) al espacio en la misión FOTON-M3. Estos organismos microscópicos son increíblemente resistentes y demostraron que es posible sobrevivir en el espacio sin ningún tipo de protección, soportando la radiación y la falta de oxígeno. Este hallazgo fue significativo para la búsqueda de vida extraterrestre y las posibilidades de colonización en otros planetas.
Félicette: el primer gato en el espacio
Francia envió a Félicette, el primer y único gato en el espacio, el 18 de octubre de 1963 para estudiar el impacto de la gravedad cero en un mamífero. Félicette sobrevivió al viaje y fue recuperada exitosamente, permitiendo a los científicos recopilar datos sobre el funcionamiento neurológico y fisiológico en microgravedad, contribuyendo a la investigación de cómo reaccionan los mamíferos en condiciones de ingravidez.
Moscas de la fruta
Las primeras en experimentar los efectos del espacio fueron las moscas de la fruta, lanzadas por Estados Unidos el 20 de febrero de 1947. Su misión consistió en estudiar los efectos de la radiación cósmica en el ADN de seres vivos. Las moscas regresaron con vida, mostrando que la radiación espacial no afectaba drásticamente su capacidad para sobrevivir, lo que impulsó la exploración de vuelos tripulados.
Tortugas soviéticas: pioneras en orbitar la Luna
El 15 de septiembre de 1968, tortugas soviéticas participaron en el programa Zond 5, siendo las primeras en orbitar la Luna y regresar vivas. Su resistencia fue una prueba clave de que la vida podía sobrevivir a misiones prolongadas y los efectos de la radiación, aportando datos valiosos para las misiones de exploración lunar.
Peces Medaka: estudiando los efectos de la microgravedad
En la década de 2010, Japón llevó a bordo de la Estación Espacial Internacional a peces Medaka para estudiar el impacto de la microgravedad en el desarrollo óseo. Estos experimentos permitieron investigar cómo los vertebrados responden a la falta de gravedad y brindaron información sobre los efectos en la salud ósea de los astronautas en misiones prolongadas.
Los descubrimientos y su importancia
La exploración espacial con animales fue fundamental para comprender los efectos de la microgravedad, el aislamiento y el estrés en organismos vivos. Los resultados permitieron diseñar protocolos y equipos para futuras misiones humanas, ya que los animales mostraron los efectos fisiológicos y psicológicos de la ingravidez y la radiación en el espacio.
Experimentos con especies resistentes, como los tardígrados y las tortugas, demostraron que ciertos organismos pueden sobrevivir en el espacio en condiciones adversas, abriendo la puerta a la posibilidad de vida en otros planetas y planteando nuevas preguntas sobre la supervivencia en largos viajes espaciales. Sin embargo, estos experimentos también impulsaron el debate ético sobre el bienestar animal en la investigación científica, resaltando la importancia de seguir avanzando hacia métodos de exploración menos invasivos.
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